El acrónimo MVP proviene de la expresión "Minimum viable product", apodado en inglés así al producto mínimo viable, o producto que posee todas las características básicas y funcionales de un posible producto final, y da respuesta a todos los requisitos mínimos establecidos por el público objetivo, permitiéndonos así presentar al mercado productos con el mínimo esfuerzo y horas de desarrollo posible. De esta forma se conseguirán testear hipótesis y poner a prueba la viabilidad del producto en el mercado.
Hay ciertas características comunes que definen un buen Mínimo Producto Viable (MVP)
- El MVP debe ser funcional, es decir, ha de comportarse de manera que de respuesta a las necesidades del público objetivo en el segmento en concreto al que se pretende atacar.
- Su desarrollo se centra principalmente en las funcionalidades imprescindibles, dejando para un posible producto final el perfeccionamiento del producto en su conjunto. En esta primera fase de lanzamiento, el exceso de recursos en el perfeccionamiento del producto es un error, justo su valor reside en el desarrollo de lo estrictamente necesario.
- Suele ser muy frecuente apalancar el desarrollo del MVP en tecnologías externas, como pueden ser los conocidos como SAAS, o "Software as a service", soluciones tecnológicos que nos facilitan optimizar los tiempos de diseño y desarrollo de producto, permitiéndonos centrarnos en el factor diferencial de nuestra propuesta de valor.
- Otro de los rasgos característicos de todo MVP es la apertura a la hora de exponerse al feedback del usuario del producto. Saber recibir todas los opiniones y casos de uso nos ayudará a mejorar de forma rápida el producto, alineando nuestra visión con las necesidades del público objetivo para mejorar la propuesta de valor del mismo.
¿Quieres construír tu propio MVP?
Define la propuesta de valor, define plazos desde la planificación hasta el lanzamiento del producto, sintetiza las funciones básicas del MVP, crea una horquilla presupuestaria, plantea los canales de atención al cliente que abrirás como vía de comunicación con tu público objetivo, pon a prueba las respuestas del mercado y analiza los datos obtenidos.
Es ahora, tras haber realizado todos estos pasos cuando de verdad podrás plantearte llevar a cabo el producto final.