En actualidad podemos encontrar multitud de negocios que tienen su centro de operaciones en la red. Cuando se habla de ellos de manera general se emplea la denominación de comercio electrónico o eCommerce y no es erróneo, pero hay que puntualizar que se pueden clasificar en cinco tipos. Esta diferenciación se hace en base al entorno en el que operan, quiénes participan en él, las características concretas que tiene cada uno y unas ventajas y desventajas únicas, vamos a verlos.
El primer tipo de comercio electrónico es el B2B ('Business to business') que engloba a aquellas empresas que venden sus servicios o productos a otros negocios. Aquí no interviene el consumidor. Este tipo de comercio electrónico facilita las relaciones comerciales y las ventas entre empresas.
El comercio electrónico B2C ('Business to Consumer') es el tipo que más conocemos ya que se trata de una empresa que establece relaciones comerciales directamente con el consumidor. Puede ser tanto una tienda online como servicios concretos que se ofrezcan en la red para consumidores finales. Las ventajas de este tipo de comercio son muchas, entre ellas destaca la comodidad y el ahorro de tiempo que aporta al usuario.
El comercio electrónico B2E ('Business to employee') lo utilizan aquellas empresas que venden a sus empleados. El negocio puede presentarle a sus trabajadores productos específicos para ellos con un precio atractivo. Este tipo de comercio electrónico lo incluyen algunas empresas para mejorar el rendimiento de la plantilla y las relaciones con sus empleados.
Si hay un tipo de transacción electrónica que cada vez tiene más éxito es el C2C ('Consumer to consumer'), aquel en el que la relación se establece entre consumidor y consumidor. Los artículos de segunda mano encuentran una acogida estupenda en la red. Prueba de ello es la continua aparición de portales de venta de este tipo.
El último tipo de comercio electrónico es el G2C ('Government to consumers'), aquel en el que intervienen un organismo estatal, autonómico o municipal y un consumidor. Se emplea para pagar trámites a través de portales y agilizar los procedimientos.
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