En anteriores publicaciones del blog de Redsys hemos hablado de los diferentes tipos de tarjetas de débito y crédito y sus principales usos. En el día de hoy profundizaremos un poco más en otras curiosidades que te ayudarán a operar con ellas de una forma más segura.
Empezando por el apartado físico, en la mayoría de las tarjetas te podrás encontrar una serie de números que oscila entre los 13 y los 18, siendo lo más frecuente encontrarse con 16. Esta sucesión de números tienen la función de asociar la tarjeta con nuestra cuenta corriente y con nuestra titularidad.
El primer dígito hace referencia al tipo de tarjeta por rango de emisor. Los siguientes siete números corresponden con el número de emisor de la entidad bancaria o empresa y el país. El resto de números hacen referencia al código interno de la entidad emisora que le permite asociar dicha tarjeta al cliente, estableciendo en cada caso un criterio propio de numeración.
Estos dígitos se complementan con la fecha de vencimiento y el código de seguridad CVV, frecuentemente utilizados en transacciones de caracter online.
Y, ¿en qué consiste el CVV y cómo nos afecta a la hora de operar de forma más segura?
El CVV, o "Card Verification Value", hace referencia al valor de verificación de la tarjeta, y es el código de tres dígitos que permite a los comercios verificar cualquier operación que emplee esta tecnología.
Como podemos comprobar, estos datos son realmente sensibles, y debemos protegerlos si queremos operar de la forma más segura posible. Para ello, algunos de los consejos más comunes son, en el caso de comercios presenciales nunca perder de vista la tarjeta. En el caso de realizar transacciones en comercios online es recomendable emplear conexiones seguras, evitando en la medida de los posible el empleo de redes públicas que puedan facilitar la vulnerabilidad de nuestros datos. En definitiva, la clave está en evitar compartir la información de nuestras tarjetas con terceros, dando acceso solo a aquellos comercios que hayan sido verificados.