Los usuarios de las tarjetas aceptan las soluciones biométricas como forma de pago

El uso de las operaciones bancarias móviles sigue creciendo gracias a las comodidades que ofrecen al usuario. No obstante, la cesión de datos sensibles hace que la incertidumbre sea mayor entre algunas personas que se muestran más reticentes a la digitalización total de su capital.

En ese contexto, los desarrolladores de nuevas formas de pago están trabajando en medidas biométricas para dotar de mayor seguridad a las operaciones. Además, estudios de Visa y Mastercard, los gigantes del sector de los medios de pago, certifican que los usuarios muestran simpatías hacia la biometría.

A pesar de las dudas surgidas en lo referente a la privacidad, cada vez más personas están dispuestas a priorizar la seguridad sobre la protección de datos. Las opciones de pagos biométricos en vigor o en desarrollo van desde el reconocimiento de huellas dactilares y/o rasgos faciales hasta tatuajes. Soluciones que acercan la ficción utópica de hace algunos años a una realidad que avanza de la mano de la tecnología.

Por ejemplo, un estudio de MasterCard reveló que casi todos los entrevistados, un 92%, ya apostaban cambiar su contraseña del banco por la biometría bajo la idea de que esto reduciría el fraude. En la misma línea, un trabajo similar de Visa concluyó que un 81% de consumidores validaría sus operaciones con huella dactilar y un 76% con el escaneo del iris. Asimismo, un 48% utilizaría estas opciones para pagar en transporte público y restaurantes, y un 40% para comprar online.

A pesar de que el sector está metido de lleno en la ola creada por el #eCommerce y, por tanto, en la mejora de las apps de pago móvil como necesidad más urgente, ya mira de reojo a las comentadas soluciones biométricas como anticipo a las exigencias futuras del mercado. De momento, la aceptación de los consumidores empiezan a tenerla.