En una situación crítica como en la que nos encontramos desde hace un par de semanas, cualquier medida que nos permita prevenir la expansión del COVID-19 es bienvenida.
En este blog a menudo hablamos de tecnologías contactless como método de pago. Hoy más que nunca esas tecnologías cobran protagonismo en nuestro día a día.
Es sabido que el coronavirus puede sobrevivir en algunas superficies durante períodos de hasta 72 horas. Este hecho convierte en arriesgada cualquier actividad que requiera del uso de teclados PIN y pantallas táctiles en el punto de venta, motivo por el cual los comerciantes de todo el mundo comienzan a replantearse el uso de dicha tecnología, especialmente en supermercados.
Como ya hablamos en otras ocasiones en este blog, la adopción de los pagos mediante NFC aún sigue una curva de crecimiento paulatino en la sociedad, los móviles sin contacto representan sólo alrededor del 15 % de las transacciones en las tiendas. Sin embargo, la llegada del COVID-19 ha aumentado exponencialmente esta cifra en a penas medio mes.
Por este mismo motivo algunos países han tomado otras medidas como la elevación reciente del límite acumulativo para los pagos a través de contactless a 50€ a fin de reducir al mínimo la necesidad de introducir un número de identificación personal (PIN) durante el brote. Muchas tiendas ya están colocando carteles que instan a los clientes a pagar con métodos de pago sin contacto en lugar de dinero en efectivo. Mientars tanto los gobiernos están alentando a la gente a utilizar este tipo de tecnologías para frenar la propagación del coronavirus, dando recomendaciones claras a la hora de promover los pagos NFC en el punto de venta a través de una señalización clara, indicaciones en pantalla y otros métodos de comunicación.