¿Has pensado en la de veces que utilizas tu tarjeta de crédito para realizar alguna compra? Últimamente nos estamos encontrando con noticias que nos muestran el auge que están teniendo las compras a través de tarjetas de crédito. Por ejemplo, Suecia se ha convertido ya en el primer país donde incluso los bancos no aceptarán efectivo.
En España, según datos del Banco de España, hay unos 69,35 millones de tarjetas en circulación, de las cuales el 64% son de crédito. Si estás pensando en sacarte tu propia tarjeta de crédito, antes de solicitarla a tu banco, deberías leer el borrador del contrato para conocer las cláusulas del mismo. Además, es importante establecer previamente qué usos vas a darle a tu nueva tarjeta de crédito.
Uno de los aspectos más importante en los que debemos fijarnos cuando vamos a solicitar una nueva tarjeta de crédito son las comisiones. El cobro de comisiones por la emisión, renovación o mantenimiento de la tarjeta es relevante tenerlo en cuenta ya que éstos son correctos siempre que aparezcan en el contrato del que hablamos anteriormente.
Si piensas que necesitarás contar con dinero disponible a pesar de no tenerlo actualmente en tu cuenta bancaria, podrías pasarte a las tarjetas revolving, pues éstas te permiten devolver el dinero gastado en una cuota mensual fija. No obstante, no deberás olvidar las condiciones sobre el cargo anual y la cancelación del pago antes del plazo.
En caso de que el banco tenga que realizar una gestión de recobro, se te podría cobrar un cargo adicional a modo de penalización. Pero, hay que tener en cuenta que esta penalización solo se efectúa una vez, aunque el descubierto se prolongue en varias liquidaciones.
Otro aspecto relevante que tenemos que tener en cuenta es el momento de la amortización de la deuda. No es lo mismo deber un crédito de 2.000 euros y pagarlo en seis meses que hacerlo en dos años porque los intereses de dicho crédito seguirán sumándose todos los meses hasta que ese pago haya finalizado.