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Actualmente son muchas las bondades que se le atribuyen al uso de los datos biométricos junto a la tecnología. Entre las principales ventajas a destacar están la seguridad y la comodidad. 
Hablamos de seguridad ya que se tratan de datos exclusivos que solo posee un individuo y no pueden ser transferidos. Algunas de las características que recogen estos datos biométricos son, la huella dactilar, el reconocimiento de voz, reconocimiento facial, entre otros muchos.
La comodidad viene como consecuencia de no tener que memorizar una clave, ya que puedes utilizar tu huella como mecanismo de seguridad.
Los usos de esta tecnología son muy variados. Ya sea desbloquear tu teléfono móvil, el control de acceso en tu puesto de trabajo, o como no podía ser de otro manera, el pago electrónico.
 
Centrándonos en el pago electrónico, cada día que pasa se aproxima más al momento de convertirse en una realidad cotidiana. La unión de la tecnología de datos biométricos con las tarjetas bancarias se hará mediante el uso de huella dactilar. Ya se están realizando prácticas y su funcionamiento se basa en que al realizar una compra, a la hora de pagarla en el establecimiento, la tarjeta biométrica funciona como otra tarjeta con chip electrónico. El usuario introduce la tarjeta en el terminal del establecimiento mientras coloca el dedo sobre el sensor de huella dactilar integrado en la propia tarjeta. La huella se verifica sobre la plantilla y si los datos concuerdan queda aprobada la transacción sin que la tarjeta abandone la mano del usuario.
 
Las ventajas de este sistema pasan sobre todo por la comodidad y la seguridad de las transacciones. Comodidad para el usuario al no tener que memorizar el PIN y seguridad para el sistema, protegiendo a todos de posibles fraudes.
 

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