efectivo

Durante siglos, el dinero en efectivo ha sido el método de pago a la hora de hacer compras. Sin embargo, esto viene cambiando desde hace tiempo. Y, ahora, parece que comienza a ser cosa del pasado. Por tanto, los negocios deben adaptarse con rapidez a los nuevos tiempos.

La pandemia ha marcado el cambio

Muchos usuarios de dinero se acostumbraron a pagar con otros medios durante la pandemia. Y todos los datos indican que continuarán haciéndolo así. Concretamente, más del 90 % de las personas que usaron tarjetas de crédito u otros métodos para sus compras en ese tiempo, afirman que seguirán pagando así. Es decir, no volverán a usar el dinero en efectivo.

A esto sumamos que, ya antes, la mitad de los pagos se realizaban a través de instrumentos ajenos a la moneda física. De hecho, ya en 2019, solo el 48 % de los importes pagados se hicieron en efectivo. Bien es cierto que esto se tradujo en que un 73 % de las compras en comercios minoristas se abonaron por este medio.

Pero todo ello hace evidente que los consumidores han dejado de preferir el dinero. Si combinamos los datos que hemos mostrado con los actuales, posteriores a la pandemia, salta a la vista que ya se utilizan más otras formas de pago que el efectivo. Y esto se debe a varias causas.

Causas del declive del dinero en efectivo

En primer lugar, durante la pandemia, muchos usuarios tenían miedo de contagiarse de la enfermedad al tocar el dinero. Tanto por este motivo como por los confinamientos, se hizo necesario pagar con tarjetas de crédito u otras formas como los dispositivos digitales.

Asimismo, al comenzar a abonar sus compras por esos métodos, se dieron cuenta de que eran tan confiables como el dinero. Es decir, perdieron el miedo a que sus datos fueran pirateados. De ahí que ahora no teman usar esas otras formas de pago.

En conclusión, buena parte de los consumidores ya no volverá al dinero en efectivo. Por eso, empresas y negocios deben estar adaptados a estos cambios.