La revolución tecnológica ha traído consigo grandes avances en muy diversos aspectos de nuestra vida cotidiana. Sin lugar a dudas, los pagos digitales, constituyen uno de los grandes avances de nuestra era. Podemos pagar e intercambiar bienes y servicios de forma muy cómoda, trasversal y hacerlo en tan solo unos segundos, sin tener que renunciar por ello a la seguridad.
Estas tendencias se han instalado también entre los minoristas, dado que los clientes demandan cada vez más facilidades para efectuar sus pagos. O dicho de otro modo; el efectivo parece abocado a la extinción. Las tarjetas de débito y crédito se han instaurado de forma masiva, y son pocos en la actualidad los que todavía se muestran reacios a su uso. Esta solución de pagos ha evolucionado a lo largo de los últimos años, incorporando elementos que le confieren una mayor versatilidad, como es el caso del contactless. Gracias a una pequeña antena NFC se pueden realizar pagos con tan solo acercar -sin contacto- la tarjeta al datáfono.
No hay ningún negocio en la actualidad que se pueda permitir el lujo de prescindir de este servicio. Se suele emplear para realizar pagos rápidos, siempre en cantidades pequeñas, que no superan en muchos casos los 50€. Las últimas estimaciones afirman que más del 50% de las transacciones en Europa ya se realizan mediante esta tecnología. Destacamos de ella lo siguiente:
- Rápida y cómoda. Nuestro mundo está preso de la inmediatez, y eso incluye también a los pagos. Todo el proceso se ve agilizado al extremo, bastando con acerca la tarjeta a la cabecera del datáfono, para que procese la operación. Esto también permea en la psicología de los clientes, haciéndoles más susceptibles al gasto inconsciente. Pequeños pagos con tarjeta, que no requieren de ningún proceso en el que se tome conciencia de que se está realizando un gasto.
- Prestación de servicios añadidos. Ya no basta con ser simplemente competentes, es decir, con ofrecer bienes y servicios de una calidad/precio inmejorable. En la actualidad, tanto las facilidad de pago, como el servicio postventa, se han erigido, como un valor añadido que incluso llegar a condicionar a nuestros clientes potenciales. Cuanto mayor sea el abanico de opciones que ofrecemos, tantas más posibilidades tendremos de convertir esa visita a nuestro negocio en una venta.
- Seguridad. Pese a que podamos mostrarnos desconfiados con cualquier tecnología inalámbrica, resulta totalmente segura. Además, por si fuera poco, el pago contactless, no ha quedado únicamente circunscrito a las tarjeas de plástico, sino que se ha estandarizado en los terminales móviles y relojes inteligentes, permitiendo que se realicen pagos a través de estos dispositivos.