Según diversos informes de Tendencias de Medios de Pago, el 42% de la población bancarizada en España realiza sus pagos acercando su móvil al terminal de cobro. Esto indica una creciente preferencia por los pagos digitales en lugar de los pagos en efectivo, que todavía son utilizados semanalmente por el 77% de los españoles.
A pesar de la creciente popularidad de los pagos móviles, el uso de tarjetas sigue siendo muy extendido en España. De hecho, una de cada tres tarjetas en el país son virtuales, lo que supera en nueve puntos porcentuales la media europea. El 86% de los españoles posee una tarjeta de débito, seguido del 59% que posee una tarjeta de crédito y el 26% de prepago.
La pandemia aceleró el uso de los pagos digitales en España, especialmente entre los más jóvenes. Sin embargo, no todos los establecimientos tienen sus medios de pago adaptados al comportamiento del comprador, lo que significa que algunos comercios tendrán que adaptarse para mantenerse al día con las tendencias del mercado.
Aunque los pagos móviles están en aumento, el pago con tarjeta de débito sigue siendo un rival cercano al pago en efectivo, que todavía es utilizado semanalmente por el 31% de los españoles. El efectivo sigue siendo popular para compras de pequeño importe en comercios (40%), gastos compartidos (33%), compras a particulares (40%) y transporte o movilidad (41%). La tarjeta de débito sigue al efectivo en uso semanal entre los ciudadanos, con un 62%, seguido por transferencias inmediatas entre particulares (40%) y las tarjetas de crédito, un 31%.
Los informes destaca que el crecimiento de los pagos con tarjeta se verá impulsado por neobancos y banca digital, que buscan soluciones específicas para usuarios como los viajeros que buscan transparencia en las tasas de intercambio. Además, el crecimiento estará reforzado por las plataformas de comercio electrónico y los marketplaces, con casos de uso como la emisión instantánea y a escala de tarjetas virtuales para el pago de múltiples proveedores y comercios asociados.
A pesar de la creciente adopción de las fintech, nueve de cada diez españoles todavía consideran a la banca tradicional como la primera opción para contratar nuevos servicios o productos financieros. Este porcentaje es mayor que en otros países europeos como Reino Unido, Portugal e Italia, donde la banca tradicional no es considerada como la primera opción por el 60% de los ciudadanos.
El informe destaca que la próxima ola de digitalización impactará en los nuevos flujos de pago, mientras que el peso de la innovación pasará de los consumidores a las empresas en la próxima década. Por lo tanto, se espera que las empresas desempeñen un papel cada vez más importante en el desarrollo de soluciones de pago innovadoras en el futuro cercano.
