Se estima que, para el año 2025, el número de operaciones financieras digitales habrá crecido un 80 %. Esto quiere decir que se llegará a los 2 billones de transacciones anuales a través de las nuevas tecnologías. Si ponemos el foco en 2030, probablemente esa cifra se multiplique por dos. Sin duda, la economía sin efectivo ya está aquí.
La economía sin efectivo a la que acabamos de hacer referencia no nació ayer. De hecho, lleva varias décadas entre nosotros gracias, fundamentalmente, a las tarjetas de crédito y débito proporcionadas por las entidades financieras. Sin embargo, su uso siempre se ha compatibilizado con el del efectivo.
En este sentido, las nuevas tecnologías han brindado un universo nuevo de posibilidades. Por ejemplo, ya no hace falta ni siquiera llevar la cartera en nuestro bolsillo para realizar un pago. Es suficiente con utilizar un teléfono móvil o, incluso, un reloj inteligente con tecnología NFC. Algo que ha incrementado mucho la seguridad de los usuarios.
Sin embargo, el futuro pretende dar un paso más allá. ¿Cómo? Pues haciendo que ni siquiera sea necesario usar este tipo de dispositivos móviles para efectuar pagos en comercios. Será suficiente con nuestros datos biométricos.
Cuando hablamos de datos biométricos, hacemos referencia a elementos de nuestro cuerpo únicos e inconfundibles. El caso más evidente es el de las huellas dactilares. Vinculando a ellas una cuenta corriente bancaria, podremos efectuar pagos con solo poner el dedo encima del datáfono o cualquier otro dispositivo similar. Sin embargo, también podremos usar nuestro tono de voz o sensores de reconocimiento facial u ocular. Las posibilidades son prácticamente infinitas.
Evidentemente, todo esto supone un auténtico desafío, puesto que implica la unión total del mercado físico y en línea. Sin embargo, cada vez son más las herramientas que se están acercando al objetivo.
En definitiva, el dinero digital, aquel que no se imprime nunca en papel, está suponiendo una auténtica revolución dentro de los mercados. De hecho, los usuarios podemos ver cada vez más cerca el día en el que no necesitaremos usar cartera ni nada similar para realizar los pagos que necesitemos en cualquier establecimiento. Una ventaja en términos de seguridad y comodidad que, además, promete ser una importante traba para todas aquellas actividades que impliquen movimientos de dinero negro
