Una nueva generación de dispositivos inteligentes está empezando a tomar relevancia en nuestra vida. Son los 'wearables', complementos que incorporan tecnología para facilitar nuestras tareas en el día a día y que llevamos cómodamente. Desde un reloj, unas gafas o una pulsera. La forma es lo de menos, lo que importa es la revolución que están planteando.
¿Qué significa ‘wearable’?
La palabra 'wearable' posee una raíz inglesa cuya traducción significa ‘llevable’ o ‘vestible’, en el argot tecnológico hace referencia a pequeñas computadoras que van siempre con el usuario.
¿Cómo funciona un wearable a la hora de pagar?
El pago con ‘wearables’ funciona igual que una tarjeta sin contacto, por lo que el TPV necesita estar muy cerca del dispositivo. De la misma forma que las tarjetas contactless, también se solicita un número secreto para transacciones de importe superior a 20€.
Sus ventajas
Entre las ventajas que aportan los 'wearables' en los pagos se encuentra la innovación, la simplicidad y la comodidad del consumidor. Todas ellas se traducen en un proceso de compra que nos permite olvidarnos del efectivo y de la cartera. Ya estemos en la playa, haciendo deporte o en un café, pagar con un 'smartwatch' o una pulsera inteligente nos hará gozar de mayor libertad.
El reto de los wearables: más que relojes y pulseras
No todos los ‘wearables’ son relojes inteligentes o pulseras, y es que puede haber multitud de objetos cotidianos que nos permitan realizar pagos como gafas, anillos, ropa inteligente, correas de reloj que convierten relojes normales en smartwatches, pulseras de actividad que también permiten el pago contactless, etc.
Los ‘wearables’ tienen una variedad de aplicaciones que crecen en medida que el campo de conocimiento se expande. Se han popularizado con el consumo exponencial de los relojes inteligentes y los seguidores de actividad, pero aparte de usos comerciales esta tecnología está siendo incorporada a la navegación de sistemas, avances en la industria textil y la salud.