Los departamentos de dirección financiera de todas las empresas se enfrentan a una situación delicada en el proceso de transición hacia un nuevo paradigma post-covid. ¿Cuáles son esas nuevas herramientas y dinámicas de trabajo clave que ayudarán a la dirección financiera a adaptarse y sacar partido de este nuevo contexto?
Como ya hemos hablado en anteriores ocasiones, la transformación digital será uno de los puntos clave en esta transición. Así es, ya hemos visto grandes cambios en el comportamiento de los flujos de trabajo de las empresas, el remoto ha llegado para quedarse, y la digitalización de los procesos ya no es una aspiración, sino una realidad. Estos cambios transcienden más allá de una situación puntual, y la integración de nuevas tecnologías modulares, adaptables y de fácil aprendizaje y utilización, y sistemas de automatización ha supuesto un cambio de paradigma que marcará una tendencia en el devenir de las empresas los próximos años.
Por otro lado, el contexto de un mundo marcado por el big data ha traído consigo una tendencia hacia una gestión empresarial marcada por la información en tiempo real y políticas de transparencia. De este modo los departamentos de dirección financiera deben poner foco en la recopilación de datos fiables, actualizados y de fácil comprensión, los cuales permitan analizar en todo momento la situación global y otras muchas situaciones concretas de la empresa y su entorno, con el fin de poder hacer frente a situaciones de cambio rápidas.
La gestión del riesgo se vuelve también otro de los puntos principales a abordar. Es cierto que esta ha sido una de las principales funciones de todo departamento financiero, no obstante, en el contexto en el que nos encontramos, la optimización de la gestión del riesgo y de situaciones delicadas, con estrategias acordes a corto y medio plazo se convertirán en un valor diferencial. En este sentido es clave apoyarse en la enorme cantidad de información disponible comentada anteriormente con el objetivo de poder hacer frente a decisiones estratégicas que ayuden a la empresa a liderar nuevos mercados, y otras muchas oportunidades que se presenten en el camino.
Por último, pero no por ello menos importante, una de las claves en este nuevo paradigma tiene relación con la necesidad de dichos departamentos de dirección financiera a la hora de controlar la tesorería de la empresa. Un óptimo control de recursos y de su forma de emplearlos se convierte así en uno de esos puntos diferenciales que marcarán el buen funcionamiento de cualquier empresa. En el caso de la dirección financiera será más importante que nunca llevar a cabo una gestión inteligente de la contabilidad y las finanzas, monitorizando en todo momento las operaciones financieras que pueden ayudar a asegurar un óptimo funcionamiento del día a día de los diferentes departamentos de la empresa.
